¿Qué es un contrato de tratamiento de residuos?
Según la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, un contrato de tratamiento de residuos es “el acuerdo entre el operador y el gestor de una instalación de tratamiento de residuos por el que este se compromete a tratar los residuos una vez que han sido aceptados, y en el que se establece, al menos, las especificaciones de los residuos, las condiciones del traslado y las obligaciones de las partes cuando se presenten incidencias, en particular, en el caso del rechazo del residuo por el destinatario.”
Es decir, que es un documento que recoge las condiciones en que se realizará el tratamiento de los residuos entre ambas partes.
Se trata de un documento de naturaleza contractual jurídico-privada, que equivale al término que establece el Real Decreto 833/1988 del 20 de julio, “documento de aplicación”, que recoge la aprobación del Reglamento para la ejecución de la Ley 20/1986 de Residuos Tóxicos y Peligrosos.
Contrato de tratamiento de residuos
El Real Decreto 553/2020, de 2 de junio, por el que se regula el traslado de residuos en el interior del territorio del Estado, establece que el objetivo principal de tener un contrato de tratamiento de residuos es cumplir con el requisito aplicable a todos los traslados de residuos regulados en dicho Real Decreto, “Disponer, con carácter previo al inicio de un traslado, de un contrato de tratamiento según se establece en el artículo 2.h). En el caso de los residuos que se trasladen entre dos instalaciones de tratamiento que sean gestionadas por la misma entidad jurídica, este contrato se podrá sustituir por una declaración de dicha entidad que incluya al menos el contenido especificado en el artículo 5. Quedan excluidas de la suscripción del contrato de tratamiento, las entidades locales que actúan como operadores del traslado, cuando trasladan residuos a sus propias instalaciones de valorización o eliminación. En los traslados de los residuos desde los productores al almacén, el contrato de tratamiento se establecerá entre el productor y el gestor del almacén e incluirá la obligación del gestor del almacén de disponer de los contratos de tratamiento oportunos para el adecuado tratamiento de los residuos recogidos, indicándose la operación de tratamiento a la que se someterá en el destino.” Los residuos también deben ir acompañados de un documento de identificación desde el origen hasta su recepción en la instalación de destino.
Además de los requisitos establecidos en el apartado anterior, quedan sometidos al requisito de notificación previa al traslado los traslados de residuos, peligrosos y no peligrosos, destinados a eliminación; así como también los traslados de residuos peligrosos, de residuos domésticos mezclados identificados con el código LER 20 03 01 y los que reglamentariamente se determinen, destinados a valorización.
Quedan excluidos del requisito de notificación previa, los traslados de residuos destinados expresamente a análisis de laboratorio para evaluar sus características físicas o químicas o para determinar su idoneidad para operaciones de valorización o eliminación, aunque deberán ir acompañados del documento de identificación indicado en el anexo III. La cantidad de tales residuos, se determinará en función de la cantidad mínima que sea razonablemente necesaria para hacer el análisis en cada caso.
En el caso de que el traslado sea de residuos que tengan la consideración de mercancía peligrosa, el transporte se realizará de acuerdo con la legislación vigente en materia de transporte de mercancías peligrosas por carretera, ferrocarril, vía aérea o vía marítima.
Modelo de contrato de tratamiento de residuos
Tal y como dicta el MITECO, un modelo de gestión se conforma a partir de las distintas fracciones de residuos recogidas de forma separada, de la combinación de sistemas de recogida y de los tratamientos posteriores, que han de ser acordes a estas fracciones garantizando la aplicación del principio de jerarquía. Previamente se deben priorizar, siguiendo esta jerarquía de gestión, las actividades de prevención que también formarán parte del ciclo de gestión del producto-residuo.
Los modelos se definen en función de los siguientes elementos:
– Actuaciones de prevención: con el objetivo de reducir la generación de residuos y su toxicidad, se pueden llevar a cabo diferentes acciones en las distintas etapas desde que se concibe un producto hasta que se genera el residuo y se gestiona. Es necesario fomentar la producción eco-responsable, el consumo responsable, la utilización responsable de los productos y otras acciones de reutilización de productos o preparación para la reutilización de productos desechados.
– Modelo de separación: se caracteriza por el número y tipo de fracciones a separar por el usuario en origen. En España se han configurado seis modelos de separación de residuos de competencia municipal atendiendo a las distintas fracciones principales separadas en origen. Estas recogidas principales u ordinarias se complementan con otras recogidas específicas de residuos voluminosos, de pilas, textil, aceites u otros. Además, cada vez más municipios ya disponen de servicios de punto limpio en sus distintas modalidades (fijo, móvil, de barrio, etc.).
– Sistemas de recogida: se diferencian según cómo se realice la recogida: si se hace a puerta en el punto de generación o si el usuario debe desplazarse hasta un punto de aportación, más o menos distante según si se trata de un área de acera, área de aportación, establecimiento especializado, punto limpio, etc.
– Tratamientos y destino final: los tratamientos de cada fracción se ajustarán generalmente al modelo de separación en origen elegido en cada caso. Los tratamientos más habituales según la fracción recogida son fracción orgánica, resto, envases ligeros, vidrio, papel y cartón, voluminosos, RAEE, textiles, peligros y tierras y escombros.
¿Qué son los residuos peligrosos?
Tal y como definimos en el post sobre el tratamiento de residuos, los residuos peligrosos son aquellos con propiedades que los hacen peligrosos o capaces de tener un impacto negativo sobre la salud humana o el medio ambiente. Los residuos peligrosos proceden de muchas fuentes, desde pilas hasta residuos de procesos de fabricación industrial, y pueden presentarse en diversas formas, como gases, sólidos, líquidos y lodos. La gestión inadecuada de los residuos peligrosos representa una grave amenaza para la salud humana y el medio ambiente. Por este motivo, España ha establecido un marco para la correcta gestión de los residuos peligrosos que regula y controla los procesos de tratamiento.